Retrato de Niños / Kids Portrait

 

 


 

 

¡Bienvenido a mi Mundo de la Fotografía!

Ya sea que busques mis servicios profesionales para realizar algún tipo de estudio fotográfico personal o comercial, o bien para renta de mis bancos de imágenes o compra de mis fotografías de arte, conocer  y/o solicitar mis libros o incluir mi obra en exposiciones y galerías, en este apartado podrás encontrar lo que buscas al conocer de mí entre otras cosas, antecedentes en la fotografía, experiencia, servicios y productos, ventajas competitivas y por supuesto un portafolios que pongo a tu disposición  mediante enlaces a mis galerías en diferentes sitios de internet.

Al ser apasionado por la fotografía, ya seas profesional o aficionado, también encontrarás algunas ideas y sugerencias, así como artículos de mi autoría cuya finalidad es brindarte ayuda y orientarte para obtener los mejores resultados creativos y comerciales.

La Visión muy personal de Juan Carlos Poó

Antes de solicitar cualquiera de mis servicios profesionales de fotografía, te sugiero considerar mi visión y desempeño creativo  sobre este arte con la finalidad de detectar mis ventajas competitivas y conocer los alcances y resultados que puedes obtener a través de mis  fotografías.

Mis inicios en la fotografía

Siendo miope desde niño, un día también de niño, decidí convertir la lejanía  en acercamiento, la borrasca en claridad y lo inexplicable en admiración. Fue así que comprendí y comencé a amar el mundo que me rodea. En principio los insectos, la tierra, el agua, las piedras, las plantas, los charcos, el cielo, la lluvia, lo cercano y muy personal, la familia y el amor, los encuentros casuales, lo simple de encontrar, lo más natural, lo que no se oculta ni finge, lo que se descubre con solo saber observar.

Después, años muchos más tarde, descubrí lo complejo: las personas,  su psicología, sus preferencias, sus sensaciones, su mirada, y en ella sus miedos y temores, sus valores, virtudes y desafíos, su vanidad, su alter ego, su autoestima, su intención. Poco a poco, descubrí que la lente puede retratar lo que casi nadie puede ver, pero que ahí está. En la mirada de un niño y la luz que refleja,  podemos apreciar tanto conocimiento, sabiduría y verdad, que ningún adulto podría comprender. El poder de la  imagen radica en su silencio, es el lenguaje no verbal de los enamorados, el de una buena madre,  el llanto y la risa ocultas de un niño, el apego de una mascota, el color una flor, la sanación de unas manos, la historia de mil historias.

Aprendí  que la fotografía no solo es técnica, ni una cámara, ni un equipo sofisticado, ni imitación o aprendizaje de la perspectiva de otros. Que la fotografía no solo es disparar y captar una imagen a través de una lente. Que la fotografía no solo es manipular digitalmente imágenes para hacerlas estéticas más allá de la realidad. Que la fotografía no solo es conocer o medir los espectros de luz artificial en un foro. Que la fotografía es un oficio de amor y pasión y no una profesión de teorías y soluciones. Que la fotografía se hace, no se tiene ni se compra. Que una imagen se retiene pero nunca se esclaviza. Que una imagen siempre vale más allá de lo que cuesta.

La verdadera esencia de la fotografía se basa en la admiración, en el respeto, en el asombro, en el valor del momento  y en el enfoque personal de expresión ante la maravilla de una imagen que remonta el libre pensamiento hacia una dimensión fuera de lo común, casi impráctica pero al mismo tiempo simple y sencilla. Lo que tenemos siempre frente a los ojos es lo que vemos pero nunca, jamás, es lo que miran los demás.

El verdadero enfoque está en el interior y no en la lente. La verdadera fotografía está en la visión interna antes que en el visor. Está en nuestro pensamiento que hace vibrar nuestra mente hacia una práctica que desea hacer permanecer lo inevitablemente efímero, y que desea poseer lo que jamás será nuestro, pero que al mismo tiempo nos confronta y conforma con nuestra realidad en una coexistencia y en una pertenencia absolutas con lo mismo que deseamos retratar.

Además de en ella encontrar una forma más de mi propia expresión,  la fotografía  representa  para mí  una forma de búsqueda  para llegar al entendimiento, a la comprensión, al conocimiento mediante la  interacción con el entorno, con los sujetos, con lo lejano y lo cercano, lo propio y lo ajeno, lo real y lo imaginario, lo sutil y lo drástico; representa la obsesión, pero también la sanación.

Puedo sintetizar mi pasión por la fotografía en nueve líneas:

Mis  retratos son relatos, son historias, son espejo;  también  espejismo.

Nada en ello es real y a pesar, su verdad resalta, grita, llama,

invita y en un descuido, atrapa.

Al retratar pinto  la imagen desde mi propia perspectiva.

Enlazar  la realidad a mi percepción, significa mi obsesión

en  liberar la luz que aprisiona la mentira.

En la historia pongo corazón, en la imagen mi percepción.

Hago de la realidad fantasía y acudo a  la creatividad como única fuente de verdad

para satisfacer mi ansiedad de reflejar una visión,  diferente a las demás.