Los Borregos y los Gallos

Los Gallos de Pelea ¿Legitimar la tortura?

Votaciones Fantasma /  Verdades Ocultas de las Redes Sociales

Por Juan Carlos Poó / Ciudad de México, 27 de Enero 2017

Hace unos días comenzó a circular por las redes sociales  -especialmente Facebook y trwitter- la convocatoria a una absurda votación para supuestamente “percibir”  o “considerar” los porcentajes de la población que está a favor o en contra de que las Peleas de Gallos sean legalizadas en Veracruz, sin especificar absolutamente ningún  dato adicional.

Replicada de la página contacto@pasillolegislativo.com  por usuarios de las redes sociales  (especialmente aquellos más sensibilizados con los derechos y protección de los animales), la perversa votación es aparentemente convocada por la LXIV LEGISLATURA de Xalapa, Veracruz, titular de la mencionada página.

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Dicha convocatoria no presenta absolutamente ninguna información. Solo genera la pregunta Está usted de acuerdo en que sean legalizadas las peleas de gallos en Veracruz, acompañada por la  fotografía de un Gallo de Pelea,  las opciones “ y NO, y porcentajes diarios colocados horizontalmente junto a cada opción. La parte que indica ver resultados está des habilitada. Tampoco explica las bases de la misma votación que protocolaria y profesionalmente deberían ser las siguientes:

  • Información sobre el tema
  • Finalidad de la votación. ¿Es Estadística, Perceptiva, Funcional, Democrática con fines Legislativos, Mercadológica, por Diversión, para Debate, otra?
  • Temporalidad. ¿Cuándo comenzó, cuándo termina?
  • Condiciones de la misma. Diseño. Objetivos. Universo y Muestra, ¿cuál es la muestra? ¿quién debe votar? ¿a quién no se toma en cuenta? ¿a quién sí? Lo cual implica zona geográfica y factores demográficos.
  • Campo en la recolección de datos. Redes sociales ¿cuáles? Plano físico ¿cuál?
  • Procesamiento de los Datos. Procedimientos y protocolos para el conteo. ¿Por qué solo mostrar porcentajes y no cantidad de votos?
  • Regulación de la Votación. ¿Qué organismo acreditado regula la encuesta? Permisos. Valoración. Eficiencia. Veracidad.
  • Publicación de Resultados. ¿Cómo se darán a conocer los resultados? ¿A través de qué instrumento oficial?
  • Otros Estudios Paralelos.

En fin. Son muchos rubros de información sin responder. ¿A alguno de los que comparten y motivan el voto de sus contactos se les ha ocurrido esto? Creo que no.

Además, como ven, como lo saben y recontrasaben,  la votación es abierta, lo que quiere decir que igual puede votar un mexicano que un tailandés, un filipino, español, venezolano, yugoslavo o norteamericano. Vamos, puede votar hasta Donald Trump tan odiado que es ahora por todos los mexicanos, incluyendo los xalapeños.

A su vez, la votación, como todos los que participan requetearchicontrasaben (no nos hagamos)  permite manipular y acomodar los resultados por los usuarios de manera arbitraria,  autorizando votar diariamente y rellenar los votos más de una vez (cuantas sea necesario hasta el final de su exhibición), de tal forma que cualquier resultado derivado de la misma será completamente falso y sin ningún significado real. ¿De verdad no se dan cuenta? Dios mío, sí que las cosas están mal con nuestra sociedad civil. Cada vez es más fácil de manipular.

Así, cada usuario vota sin parar, y compite contra lo que pueden ser hasta bots. ¿Saben lo que son los bots?  Por ponérselos rápido y sencillo: Los bots son programas informáticos que sirven para diversidad de cosas. En las redes sociales los bots son algo así como usuarios fantasmas que se utilizan para inflar una cuenta o una votación (sí, como ésta a la que con tanto esmero replican ustedes). También sirven para crear falsas comunidades.

Para darnos cuenta y no permitir ser engañados, ni ser BORREGOS de nadie, debemos percatarnos y aprender algunas  características propias de una red social poco confiable manejada por bots o de una falsa votación. En ambos casos  No hay interacción. Pues no existen usuarios reales. No hay feedback ya que al no existir  usuarios reales, no hay retroalimentación.

Teóricamente, este tipo de prácticas de falsedad no deberían fidelizar a nadie, pues no hay personas interactuando con el creador del mensaje. Sin embargo, veo una gran cantidad de despliegues polémicos y apasionados comentarios en cada una de las cuentas de mis contactos que me han compartido multitudinariamente el enlace a dicha votación contra las Peleas de Gallos, por lo que puedo comprobar que la teoría no hace la práctica, y que basta con dar un tema emblemático para que todo mundo se dedique en cuerpo y alma a opinar al respecto, aunque no tenga ningún motivo práctico y aunque el tiempo sea oro molido que resbala entre sus manos.

Así, y no obstante lo evidentemente absurdo de la votación, miles de usuarios amantes de los animalitos votan una y otra, y otra y otra vez, y otra, y  comparten, etiquetan, re etiquetan, twitean, retwitean,  y publican incesantemente dicho ejemplo de lo absurdo, convirtiendo una gran mentira en un gran circo mediático que emplea el valioso tiempo de todos en intentar al  aire desenredar un hilo que no existe, aludiendo a la sensibilidad por los animales y pidiendo a sus contactos votar una y otra vez a sabiendas (y lo peor tal vez tal vez sin conciencia) de que esto no es más que una faramalla sin pies ni cabeza, vamos, UNA GRAN MENTIRA, que jamás arrojará resultados reales y mucho menos fidedignos para un uso práctico, ni siquiera estadístico y mucho menos LEGISLATIVO. AUNQUE GANEMOS en porcentaje  LOS QUE ESTAMOS EN CONTRA DE LAS PELEAS DE GALLOS (Cosa que nunca sucederá en encuestas manipuladas).

El solo hecho de percibir eso es para mandar a volar la información, borrar el link y seguir con la vida, dejando a los demás seguir con la suya, sin entretenerse en votar, votar, votar y volver a votar una y otra vez lo mismo y lo mismo y lo mismo creyendo que así se solucionan las cosas en el mundo. ¡Click y listo!. ¿Creen que eso es la expresión correcta de DEMOCRACIA y CAMBIO?…Entonces sigan votando.

Por ejemplo, o para verme más cultito, verbigracia: 

Yo puedo organizar una encuesta para saber quiénes están a favor de que se destituya al miserable malnacido engendro del demonio anticristo desalmado de Donald  Trump de su puesto como Presidente de Estados Unidos. «¿Está usted de acuerdo en que Donald Trump sea destituído de su cargo como Presidente de Estados Unidos». Los primeros pasos de la votación serían  en mis redes sociales. Estoy seguro que habría miles de fervientes y enardecidos mexicanos opositores que diariamente votarían a favor de su destitución. Si esa encuesta la transmito a través de una Institución Mexicana, les aseguro que esos miles se convertirán en millones, y los puedo hacer votar diario, porque mi estrategia aludirá psicológicamente a la sensibilidad y la histeria colectiva presente relacionada al tema que hoy tiene tanto peso, y serán más y más  los opositores que afanosa y religiosamente votarán día con día para la destitución de Donald Trump pensando y creyendo (sin pensar) que sus votos contarán tantas veces como los hayan repetido. ¿Cambiará eso las cosas? En el imaginario colectivo tal vez surja la esperanza. En el imaginario individual generará cada quien  una imagen de satisfacción de utilidad personal. Se sentirán satisfechos consigo mismos de su poderosa participación y sentirán que son «alguien» que genera el cambio.  Pero en la realidad… NADA CAMBIARÁ. Gracias por su tiempo, diría yo.

Me extraña sobre manera que a pesar de que muchos de los usuarios de redes sociales (muchísimos para ser preciso) tienen estudios universitarios, post-grados y hasta maestrías y doctorados algunos, caen incesantemente en la vorágine depredadora de mentes y en el CONSUMISMO DE FALSAS IDEOLOGÍAS  que les venden las redes sociales a través de la pérdida de un valioso tiempo llamado VIDA PROPIA. Desde luego ser Universitario no es sinónimo de inteligencia, como tampoco es sinónimo de estupidéz no tenerl dichos estudios. Habemos de todo en esta viña del señor… perdón, del SEÑOR (con grandotas) (para que no me excomulguen otra vez).

¿Quieren ejempos de cómo se cae una y otra vez en las mentiras que promueven la fe ciega dentro de las redes sociales? Ahí les van: ; Cadenas y más cadenas: “Envía esto a 10 personas y recibirás una sorpresa”; “Si ves a Jesús dí amén” (desde luego con el photoshop aparece Jesús más veces de las que un milagro podría lograr). Riquezas a un paso y al alcance de todos: ¿Cómo ser millonario antes de los 40?; Telares de la Abundancia. Etcéteras y más etcéteras. Además, en redes sociales, jala más la selfie de un trasero o bubies femeninas que  una idea realmente brillante. Y muchas mujeres se han ahorrado grandes cantidades de dinero en terapias psicológicas para problemas de autoestima pues su seguridad y amor propio crecen vertiginosamente junto con la gran cantidad de likes obtenidos al mostrar sus escotes, y nachas y los likes de extraños son más valorados que el consejo de un buen amigo o la atención de un terapeuta. Esas son las redes sociales.  Ese, es nuestro mundo. Esa es nuestra sociedad civil humana. Y si a ello le sumamos que dichos cuerpos en muchas ocasiones no son los propios sino partes rentadas, pues LA MENTIRA le gana a LA VERDAD. Enfocados a lo físico e inmediatamente material y descuidados de lo mental y de lo trascendental vamos por muy buen camino como especie.  Creemos lo que nos dicen, vemos lo que nos muestran y confiamos en lo que nos aseguran. Pero ese es otro tema que a quien le interese, le envío escritos al respecto. (Creo que casi  nadie me lo solicitará)

Me apena tener que decirles la verdad pues se que frente ella muchos anteponen la feasí que  ruego no me tomen a mal expresar lo siguiente:

Dicha convocatoria, para su conocimiento, NO REPRESENTA absolutamente ninguna veracidad, ni tampoco ninguna garantía.

Actitudes como esta son las que me hacen meditar diariamente si vale la pena continuar manteniendo mis  páginas en redes sociales, y si vale la pena seguir escribiendo para los demás en mis blogs y en los medios para los que lo hago, pues, lamentablemente cada día existen más personas inmiscuidas y revueltas en las turbulentas aguas de los teatros de lo absurdo y menos preocupadas por normar criterio sobre la realidad y su quehacer práctico Quien me detiene a seguir “socializando” en las redes sociales, son esos que aún se detienen a analizar y discriminar la información que les llega, antes de continuar empleando una herramienta  de comunicación tecnológica maravillosa como palillo de dientes.

Los invito nuevamente a que descubran su verdadero potencial mental y se den cuenta que las redes sociales existen para mantenerles entretenidos y ocupados en tejer irrealidades. Los hacen sentir útiles y escuchados, pero no es así. El 90% de lo que ven en redes sociales es información basura. Un 5% es información inútil sobre temas inalcanzables y fuera de su control, fuera de su ámbito geográfico, fuera de su contexto social y fuera de sus medios.  El otro 5% es información importante que les puede ayudar personalmente para realizar cambios positivos a través de opiniones certeras e inteligentes  y prácticas reales, no virtuales.

Si en realidad existe un fin práctico, deberemos comenzar por exigir al Gobierno de Veracruz, o a la institución correspondiente, presente una base adecuada para la votación, que represente la VERDAD y no una VERDAD DE FICCIÓN.

agosto-2011-338-4-1-1-1-bajaPor cierto, amo a los animales y respeto a los mismos. Los Gallos me encantan. Aborrezco que se promuevan y se realicen peleas de gallos en cualquier parte del planeta. Porque las peleas de gallos son tortura, sufrimiento y muerte para ellos.

Cualquier institución que se atreva a preguntarme si se deben legalizar las peleas de Gallos, debería saber con antelación que la tortura de animales es violencia. Que los espectáculos donde se tortura animales son ilegales. Y si el interés es legalizarlos, tal vez la respuesta que más interesa a quien pregunta no es de quienes están contra la legalización de las peleas de gallos, sino la de los que están a favor. Y si  son más los primeros, manipular la encuesta es muy fácil. Es cuestión de criterio…¿No creen?

agosto-2011-329-1-2-bajaSi de verdad quieren (queremos)  que desaparezcan las Peleas de Gallos, déjense de votar contra la legalización. Mejor voten a favor de la Prohibición Legalizada. Exijan que Legalmente se Prohiban las Peleas de Gallos, no en Veracrúz…En cada Estado de la República Méxicana. Armen sus propias firmas. Con Nombres reales. No con porcentajes absurdos y falsos. Nombren un representante que presente el documento y firmas recabadas a la instancia adecuada. A los legisladores, a los gobernantes, a la Presidencia de ser necesario.

En pocas palabras, no pierdan su tiempo y no permitamos que nos hagan como lo que no somos. Empieza con “P”. Elijan y voten por su palabra favorita:

(a) Protector

(b) Pensador

(c) Práctico

(d) Político

(e) Otra

Espero que  la información que les proporcioné sea de utilidad en este y otros casos, para evitarles engaños y frustraciones, y aunque cuando escribo me excedo y lo hago de manera crítica y cruda – a veces parece ofensiva para quienes cualquier saco les queda-  créanme que es siempre con todo el respeto a mis lectores, a mis amigos y a mis desconocidos,  y sabiendo desde luego que antes de criticar a los demás, he debido comenzar por criticarme a mí mismo y mi propia estupidez, que es de la que más aprendo.

Dicho esto, confieso ante Dios Padre Todo Poderoso y ante vosotros hermanos pecadores y tarugos de las redes sociales que… Yo también voté… ¡Pero solo una vez! No se pasen.

Juan Carlos Poó

Aberrante

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Es aberrante que aún siga existiendo la plaza de toros activa. Cada vez menos espectadores presentes pero los gobiernos siempre complacientes al desahogo popular como catarsis pasiva de la violencia social contenida en espectáculos de tortura de inocentes animales. ¡Qué mierda de gente!

Juan Cartos Poó

PERIODISMO Y TAUROMAQUIA

Apología a lo Grotesco

Por Juan Carlos Poó Arenas  / 15 de Febrero de 2016

De entre los pocos periódicos que conozco que aún tienen interés en  promover  la tauromaquia y publicar  las reseñas sobre  las corridas de toros dominicales en la Plaza México (¿dije pocos?), -ya sea por afición de los propietarios de los medios, por su amistad con los empresarios taurinos, o su amistad con los políticos y multi empresarios que acuden y aplauden, o bien por decisión de los ejecutivos del mismo, o porque poderoso caballero es don dinero y cualquier anunciante es bueno aunque sea incorrecto mientras aporte ingresos por la compra de espacios publicitarios-  ninguno de estos periódicos se salva de caer en la complicidad del daño, no solo por las absurdas e indignas apologías a la tortura, la sangre y la muerte que sus intrincadas narrativas intentan exaltar con tono romántico, exponiendo de forma indolente y pretenciosa sus conjeturas  hacia una aparentemente sutil pero  inútil y falsa expresión poética de lo inenarrable, que enfoca  su atención hacia el sentir de la afición y las glorias o derrotas del matarife,  mas nunca hacia el sufrimiento de los animales pues ello para tales exponentes, para todos ellos, no es relevante e incluso niegan su existencia.

Grotescas narrativas, sí. Grotescas publicaciones, también. Pero valor no es lo mismo que dinero y aunque  la noticia vende aunque no valga, no todo lo que vende es noticia.

Por ello es también incomprensiblemente grotesca la posición estratégica que se da al mensaje dentro del medio.

El periódico. Un medio que comunica violencia. La noticia que vende en sí lo es. Un medio que comunica caos. Los periódicos viven del caos. Un medio que comunica desesperanza. La noticia que triunfa, la más leída, la más apreciada por los periodistas,  siempre es la peor noticia. Todos lo sabemos. Un medio que comunica también, por qué no decirlo, mentiras. Mentiras oficiales unas y otras no oficiales. Y en medio de todas ellas, una que no se ve tan mala. Una catarsis a la violencia social, a la mentira intuida  y a la agresividad pasiva del lector. La muerte de un animal a manos de un maestro, de un artista, de un héroe.

Las corridas de toros son presentadas como una sana tradición que emerge entre el caos del mundo contemporáneo. Todo, o casi todo, es presentado con crudeza, que satisface la voracidad mórbida  y la necesidad escatológica de comer la mierda del mundo y saborearla a distancia. Todo es presentado crudo, excepto la tauromaquia.

La tradición tauromáquica no se vende como violencia, sino como esperanza. Así pues, la próxima corrida y su cartel, prometen.

La crítica a esta no se vende ni se presenta como desprecio al quehacer de ella, sino como erudición constructiva. Quien sabe de toros, sabe de arte, destreza y corazón. Y su voz, es la panacea de la verdad para mejorar la técnica. Es el crítico quien nos dice lo que es correcto y lo que no. La muerte y la tortura son correctas. Pero la forma tiene sus técnicas a seguir.

En tauromaquia, la noticia no se vende como información, sino como evaluación.

La polémica se abre camino. Pero siempre se le oculta el camino a la razón.

El desencanto solo se presenta si la destreza en la tortura y la muerte no ha sido suficiente para satisfacer a la afición.

Las orejas y el rabo no son partes anatómicas de un ser sensible que padeció infortunios, sino trofeos inertes de un ser cuya existencia únicamente es justificada por su servicio al sadismo.

En las reseñas de tauromaquia, la hombría y la femineidad no son cuestiones de género, pero se miden, admiran  y aplauden por la destreza de infligir algo que ellos, los aficionados, los críticos y los expertos,  no llaman dolor, sino de otra forma. Algo así como faena. Algo así como lidia.

Los protagonistas no son presentados como terroristas, ni como psicópatas; no son exhibidos como anormales; tampoco son mencionados como delincuentes, torturadores de animales o asesinos en serie. Tal vez en un acto necesariamente honesto son descritos halagadoramente como matadores. Pero sobre todo, como figuras.

En las reseñas taurinas, no se rompen paradigmas. No se enfrentan verdades, no se abofetean las mentiras.

En las reseñas taurinas, la noticia no encara; celebra.

En las reseñas taurinas, la ignorancia es de todos, menos del que dice que sí sabe.

En las reseñas taurinas los actos de tortura no se describen como tales, sino como suertes.

La rabia es festejo. La indecencia júbilo. La perdición es ganancia.

Muchos aún aseguran  que la tauromaquia es arte. Sin embargo, las páginas culturales de los periódicos están llenas de museos, escritores, pintores, escultores, ópera, músicos y poetas; pero jamás, nunca, un solo torero. Porque la tauromaquia como noticia cada día es más como paria. Su lugar es el más bajo. El más lejano. Aunque siga habiendo quien intente su rescate reseñando y anunciando su mítico valor.

Sus privilegios noticiosos se dan por su paga, aunque siempre deja en claro su irrelevancia.

Para los periódicos, la tauromaquia es una prostituta de temporada.

El espacio para ellos y sus perversas suertes es si acaso, la sección deportiva, aunque su desquicio  ni sea ni esté considerado un deporte.

El lugar de la reseña taurina  en el espacio impreso periodístico debiera ser tal vez la nota roja. Pero la nota roja no paga. La tauromaquia sí. Por ello se le acomoda. Por ello se le destina un hogar semanal en el print  y desde hace tiempo también en la web.

Y por ello muchos como yo, durante algún tiempo todavía debamos detenernos por unos instantes a vomitar sobre de ella y rezar por las víctimas, para después sin ningún miramiento, sepultar en el olvido a los ejecutores… sin poder olvidar jamás el daño que hacen.

Y mientras unos escriben sus reseñas apologistas a favor de la tauromaquia, rezo por que más y más escriban por la verdad que un día erradicará a las bestias, y me refiero a las verdaderas bestias.

Juan Carlos Poó Arenas

La tauromaquia no es más que una serie de PERVERSIDADES practicadas sobre un animal inocente por COBARDES actores con careta de valientes, para satisfacer el SADISMO de masas sanguinarias e indolentes.

La tauromaquia no es más que una serie de PERVERSIDADES practicadas sobre un animal inocente por COBARDES actores con careta de valientes, para satisfacer el SADISMO de masas sanguinarias e indolentes.